- El investigador Andrij Trokhymchuk afirmó que la gran diversidad de orígenes y creencias de los habitantes de esta urbe, le hacen digna de ser estudiada
Carlos Hugo Hermida Rosales
Xalapa, Ver., 30/11/2016.- La ciudad de Lviv, en Ucrania, es un ejemplo de cómo habitantes que profesan distintas religiones pueden convivir armoniosamente, ya que dentro de ésta se encuentran templos pertenecientes al judaísmo, islamismo y cristianismo, sin que existan problemas entre los creyentes de cada una de estas corrientes religiosas, declaró Andrij Trokhymchuk, del Institute for Condensed Matter physics of National Academy of Sciences de Ucrania.
El investigador impartió la plática “Scottish Café” los días 23 y 24 de noviembre en el Aula “Fernando Salmerón” de la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV), organizada por esta entidad académica en coordinación con la Facultad de Física.
Trokhymchuk explicó que Lviv, capital de la provincia del mismo nombre, fue fundada por el rey Daniel de Galitzia, quien la bautizó en honor a su hijo Lev. Considerada en la actualidad como un epicentro cultural y académico, su importancia radica en la gran cantidad de acontecimientos históricos allí ocurridos.
Compartió que esta urbe ha sufrido muchas invasiones a lo largo de su historia, entre las que destaca la ocurrida en 1648 por parte de un ejército formado por tártaros y cosacos, quienes no la destruyeron debido a su belleza.
Comentó que también fue testigo de cruentas batallas ocurridas durante la Segunda Guerra Mundial, en las que participaron ejércitos polacos, alemanes y soviéticos.
En el marco de este acontecimiento, dentro de la ciudad fue establecido un gueto –barrio en el que eran obligados a vivir los judíos–, donde las personas eran reclutadas para ser llevadas a campos de trabajos forzados o de exterminio.
Asimismo, mencionó que de las religiones que mantienen presencia en la ciudad de Lviv, resalta la iglesia greco-católica ucraniana, debido a que es la más numerosa de las iglesias orientales católicas autónomas que reconoce la autoridad del Vaticano, con casi cinco millones de fieles.
También aseguró que cada domingo se puede hacer un recorrido por el centro histórico de Lviv –que es el lugar en el cual se encuentran ubicados la mayoría de templos religiosos– y observar cómo las personas que profesan un culto determinado respetan las creencias de las demás.
Como parte de su visita a la UV, el profesor narró la trascendencia que para esta ciudad ucraniana tuvo el “Scottish Café”, establecimiento dedicado a la venta del aromático en el que en la primera mitad del siglo XX se reunían matemáticos de la Escuela de Lwow –o Lwowska szkoła matematyczna, entre quienes se encontraban Stefan Banach y Hugo Steinhaus– para resolver diversos problemas relacionados con su área de estudio.
En ese espacio, durante 1930 y 1940, discutieron sobre análisis funcional y tipología, lo cual dio lugar a un cuaderno de notas escritas a mano ─en su mayoría en polaco─ en el que se consignaron grandes problemas matemáticos no resueltos. Tal cuaderno fue llamado “El cuaderno Scottish”, pues permaneció resguardado en el establecimiento.
Esta fue una de las anécdotas compartida por Andrij Trokhymchuk, quien destacó que “la gran interacción entre los diversos grupos de personas que han habitado la ciudad de Lviv a lo largo del tiempo, con orígenes y creencias y muy distintos, sumado a los acontecimientos de los que la urbe ha sido testigo en su existencia, la han dotado de un gran bagaje cultural y convertido en una población digna de visitar y ser estudiada”.