- Por más funcionales que parezcan, expresó José Luis Huerta González, médico familiar del Hospital Central de San Luis Potosí
- Participó en la Primera Jornada Médica de Residentes de Medicina Familiar “Síndrome metabólico”
Claudia Peralta Vázquez
Xalapa. Ver., 13/12/2016.- Desde el punto de vista médico, todas las familias, por más funcionales que parezcan, presentan factores de riesgo, lo cual hace necesario estudiar el ciclo vital de la vida familiar para entender la evolución secuencial y las crisis transicionales que enfrentan, expresó José Luis Huerta González, médico familiar en el Hospital Central de San Luis Potosí, de la Secretaría de Salud.
En su intervención, dentro de la Primera Jornada Médica de Residentes de Medicina Familiar “Síndrome metabólico”, organizada por la Universidad Veracruzana (UV) en coordinación con el Colegio Mexicano de Medicina Familiar y el Colegio Mexicano de Medicina Familiar y Generales de Xalapa, Huerta González resaltó que la familia ha tenido una evolución a lo largo de los siglos y cada una tiene su propio desarrollo.
Durante el evento, que tuvo lugar los días 1 y 2 de diciembre en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) Xalapa, y al dictar la ponencia “Relación del ciclo vital familiar con la diversidad familiar”, señaló que una cosa es hablar de la evolución del hombre y otra de la de los hombres y mujeres.
Aplicándolo al concepto central de la plática, una cosa es la familia y otras son las familias. La familia como grupo social sí evoluciona, pero repite un ciclo que da por resultado que la misma humanidad se siga perpetuando, “un ciclo en el cual la misma familia por medio de la función de la reproducción genera nuevos grupos familiares, y es vital porque genera vida”.
José Luis Huerta precisó que estos conocimientos ayudan a los médicos a prever lo que ocurrirá en una familia cuando pase de una fase a otra y a la que tendrá que adaptarse.
Cuando ese proceso de adaptación no se cumple surgen problemas que repercutirán en un mal apego terapéutico, en el paciente diabético mal controlado o hipertenso o con una enfermedad crónica degenerativa.
Por ello, subrayó la importancia de estudiar el ciclo vital pues cada fase implica factores de riesgo que los médicos deben conocer, ser capaces de jerarquizarlos y elaborar medidas preventivas o planes de acción; es decir, actividades que tienen que hacer con la familia desde el punto de vista físico, biológico y social.
En este proceso, la familia debe ser clasificada en cuatro etapas: constitutiva o fase del noviazgo, donde quedan asentadas las bases de la vida futura de la pareja. Por ejemplo, si los novios se golpean entre sí, es seguro que dentro del matrimonio repetirán ese patrón.
Otra es la fase de expansión, que se caracteriza con la presencia de hijos; la de desprendimiento, implica la salida del primero y del último de los hijos, lo cual da pie a la etapa de independencia de la pareja. Finalmente, se encuentra la de disolución, que es igual a la viudez.
Para una mejor comprensión del tema, comentó el caso de una familia nuclear, conformada por papá, mamá e hijos, donde el progenitor padece hipertensión arterial y no se la controla adecuadamente.
Pero además, vive una fase del ciclo vital donde uno de sus hijos adolescente es alcohólico o dependiente de drogas y la hija cursa un embarazo a temprana edad.
Se trata de situaciones que afectan el mal control de la enfermedad del padre e implican más factores de riesgo para la familia, lo cual el médico debe ser capaz de identificar, prevenir y tratar.
En este sentido, todas las familias, por más funcionales que parezcan, presentan factores de riesgo, puntualizó.
Otro ejemplo, es el hecho de cursar situaciones críticas como el nacimiento de un hijo, que puede causar un desequilibrio momentáneo al interior de la familia.
Un caso más es el de las familias reconstituidas, conformada por un señor divorciado que se casa con una señora viuda, y cada uno integra a sus propios hijos a este núcleo. Esto hace pensar que la convivencia entre los medios hermanos puede generar situaciones en la salud, aseveró.
“El niño de cinco años se empieza a orinar en la cama, tiene terrores nocturnos o pesadillas, mal aprovechamiento escolar y se vuelve violento.”
En este sentido, cuando un médico detecta que se trata de una familia reconstituida y que la convivencia entre los hermanastros no es saludable, nos habla de esa familia que puede generar más factores de riesgo.
Asimismo, se refirió a las familias nucleares homoparentales (parejas de homosexuales) que defienden sus derechos y deciden adoptar hijos.
Manifestó que cualquier individuo puede ejercer esta acción, en contraposición con el argumento de que hijos de parejas homosexuales serán niños o adolescentes violados con las mismas preferencias sexuales que sus padres adoptivos.
“Son exactamente iguales, no hay una clasificación diferente para familias de homosexuales o lesbianas, los factores de riesgo son exactamente los mismos que en las parejas heterosexuales, como las infecciones de transmisión sexual.”
Indicó que no se ha registrado otro fenómeno que haga pensar que los hijos de estas parejas serán iguales o víctimas de abuso. Por lo tanto, hizo un exhorto a eliminar esa idea discriminatoria y los mensajes manipuladores de líderes religiosos.
Comentó que en México, de acuerdo a un reporte de 2015 emitido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las familias nucleares son las más comunes ya que representan el 51 por ciento del total.
Además, cifras de este organismos refieren que hay 119 millones 938 mil 437 personas, de las cuales 61 millones son mujeres y 58 millones son hombres; el 90.5 por ciento vive en hogares familiares. El hombre es jefe de familia en el 73.6 por ciento de los hogares; mientras que la mujer en el 26.4 por ciento.
Durante la Primera Jornada Médica de Residentes de Medicina Familiar “Síndrome metabólico” también se abordaron los temas: obesidad infantil, diabetes y resistencia a la insulina, nefropatía diabética, abordaje familiar del paciente con síndrome metabólico, ovario poliquístico e hígado graso, entre otros.