A la posibilidad de una alianza entre el PAN y el PRD para competir por el gobierno del Estado de México le está ocurriendo un síntoma diferente al que se manifestó cuando hace un año en el PAN se esforzaban por alcanzar una alianza entre esas siglas; mientras que en Veracruz la oposición a esa alianza dependía del interés de una de las tribus perredistas que la obstaculizaba, y fue gracias a la insistencia de Agustín Basave, su dirigente nacional, que se concretó, ahora es al interior del PAN desde donde surgen las complicaciones; así lo han expresado los gobernadores de Baja California y Querétaro que se muestran renuentes a la coalición alegando que perderían identidad de partido y porque consideran que es posible ganar la elección sin aliarse a otras siglas. Ricardo Anaya tendrá que hilar fino si quiere concretar esa alianza para ser electoralmente competitivos.