También en el PRI se están tardando en designar (“elegir” sería eufemismo) al dirigente estatal que sustituya a Amadeo Flores Espinosa; si permiten que el tiempo transcurra sin dirigente se acentuarán las diferencias y saldrán más pescadores a rio revuelto, como lo demuestra Marco del Ángel quien ya se apunta como posible sucesor, sin cubrir el perfil requerido. O lo que expresó la señora Regina Vázquez, quien está en todo su derecho a expresar sus fobias y sus filias partidistas, aunque peque al amenazar que podría salir del PRI si el designado no es de su agrado, lo que seguramente haría por ser proclive al chapulinismo político pues ya fue panista cuando así le convino. En tiempos como los actuales no es permitido dormirse en sus laureles.