En hipótesis y realidad una institución de enseñanza debe contar con crédito y confianza como primer requisito para su funcionamiento, lamentablemente no ha sido así en el caso de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, calificada como un fraude nada menos que por el Secretario de Educación del gobierno federal. Este funcionario pudiera errar en su percepción respecto de la UPAV, pero los hechos no dejan lugar a dudas ahora que una nueva administración hurga en sus profundidades en donde se han encontrado 316 títulos profesionales apócrifos y desfalco en sus finanzas, esto último referido por la rectora de la institución. Con procedimientos sucios en lo académico y lo financiero poco bueno demuestra la UPAV; sin embargo. Son nobles sus propósitos y es deseable se le rescate por el bien de Veracruz.