Temáticas que van desde asuntos relacionados con lo marginal, la violencia y la crítica al capitalismo, hasta las expresiones abstractas, y los delirios coloristas, reúne la selección de obras participantes en la XVII Bienal de Pintura Rufino Tamayo
El montaje que está en exhibición en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo hasta el 17 de septiembre, llegó a este recinto de la Ciudad de México, luego de su itinerancia por el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) y la Casa de Cultura de Celaya.
De un total de 667 propuestas, 53 integran la muestra en la que resultaron ganadoras de los premios de adquisición No hay nadie, de Edgar Cano, Montañas de ceniza, de Oscar Rafael Soto, y Monday Afternoon, de Francisco Valverde, así como las menciones honorificas: Leche, de César Córdova y Ombligo de reina I, de Youngsun Kim.
Los artistas ganadores de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo 2016, obtuvieron el reconocimiento porque en su obra destacan cualidades técnicas, manejo de planos pictóricos y soluciones estilísticas.
En su edición XVII, la bienal da continuidad a la voluntad de su impulsor, Rufino Tamayo, y propone analizar las diferentes propuestas del ejercicio pictórico del presente. De manera general, las piezas dan cuenta de un amplio rango de tendencias y búsquedas, que muestran predominio de lo figurativo.
La muestra abre con el óleo sobre lino No hay nadie, de Edgar Cano, que hace una referencia al hacinamiento en la zona conurbada de la Ciudad de México. En ella se observa una casa en construcción intervenida con grafiti, cerca de área de derrumbe.
El otro premio de asignación, Montañas de ceniza (de la serie Muerte y transfiguración), de Oscar Rafael Soto Barbosa, explora las relaciones conceptuales respecto a la creación y destrucción como un flujo y reflujo de trasformación vital, dinámica y constante.
Explica el artista en un texto que se apoyó en conceptos científicos y filosóficos, sobre todo referentes a las analogías entre la física cuántica y el taoísmo, así como en temáticas relacionadas a los campos unificados, las nociones de vibración, ilusión, realidad, vacío, y teorías científicas vinculadas a la conservación de la materia y la energía.
En la primera parte de la muestra, en la que se pueden ver las piezas de Gonzalo García, Andrés Lobato, Alfonso Fernández Benítez, Ibrahim Domínguez, y Hugo Gallegos, hay una especie de nostalgia con la fotografía, imágenes relacionadas a objetos o fotografías de archivo, presentando historias domésticas o personales.
En el resto del montaje se pueden ver piezas referentes al estridentismo, la abstracción, la violencia, la muerte, paisajes urbanos y naturaleza, entre éstas Soldados, de Margarita Adalid, Transformación, de Eduardo del Valle, Velado en flores, de Alfonso Fernández Benítez, y Pintura descompuesta, de Alfredo Núñez.
Para Luis Alberto, la exposición es completa y da mucho de que pensar. “Hace que tu mente se expanda a diferentes horizontes, aunque creo que hay algunas piezas difíciles de comprender, otras en las que encuentras mucho sentido de su arte, pero en sí, la muestra te deja en claro qué es una pintura.
En opinión de Jessica, la muestra es interesante. “El arte hoy en día es sólo es estético, te debe hacer sentir algo frustración, enojo, desesperación, pero ya es algo diferente a sólo contemplar. Me parece que las piezas van más allá de lo cotidiano”, apuntó.
La Bienal de Pintura Rufino Tamayo es una iniciativa del propio artista plástico Rufino Tamayo, en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes, a partir de 1982. El certamen surgió a iniciativa del artista oaxaqueño, quien se interesó por promover y fortalecer al arte contemporáneo.
Desde 1992 el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), se convirtió en depositario del acervo de la Bienal Tamayo, y las obras ganadoras del concurso se integran al acervo del recinto.
La exposición de la XVII Bienal de Pintura Rufino Tamayo puede visitarse hasta el domingo 17 de septiembre, de martes a domingo de las 10:00 a las 18:00 en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, ubicado en Paseo de la Reforma No. 51, colonia Chapultepec Polanco. Entrada general $60. Domingos, entrada libre.
Información: DAF
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