El citatorio a los ex contralores Ricardo García Guzmán e Iván López despierta alentadoras esperanzas para aclarar las supuestas omisiones en que ambos incurrieron en el desempeño de esa función durante el mandato de Duarte de Ochoa. A todos extrañaba que mientras la Auditoría Superior de la Federación descubría graves anomalías en la aplicación del gasto público, los referidos ex contralores jamás encontraron irregularidades en el desempeño administrativo-financiero del gobierno duartista. Bien que saben dónde quedó la bolita y deben soltar la sopa.