A causa de los sismos se otea en el horizonte mexicano la posibilidad de un cambio político cuyo impulso fundamental proviene desde el fondo de la sociedad. Ni de lejos se olfateaba un giro en las circunstancias políticas del país, sin embargo esa eventualidad estaba subyacente en el inconsciente colectivo al que dio paso la devastación provocada por los sismos de septiembre y la fuerza social hizo eclosión a través de las redes sociales para obligar a los partidos políticos a desprenderse de las prerrogativas y destinarlas a la reconstrucción de las zonas devastadas. Pero como ocurre en todo movimiento social una eventualidad hace reacción en cadena y se va más allá, el PRI propone la desaparición de senadores plurinominales y de partido, 64 en total, de diputados federales y locales por la vía de la representación proporcional, toda una convulsión política originado en un inesperado impulso social.