El hallazgo de cientos de fragmentos humanos en el rancho La Gallera, en Tihuatlán, al igual que los de Santa Fe e innumerables fosas más en la entidad veracruzana revela la grave irresponsabilidad de quienes estuvieron al frente del Sector Seguridad Pública en el gobierno duartista. ¿Quién podría dar crédito a la versión de una autoridad ignorante de esos hechos? Es inconcebible suponer que la policía no se enteró de, cuando menos, alguno de esos sitios “clandestinos”, localizados gracias al esfuerzo adolorido de familiares y amigos de los desaparecidos. ¿A quién se le fincará la responsabilidad de esa criminal omisión? Con frecuencia, en nuestra ignorancia suponemos que en África aún viven en la prehistoria, una visión producto de nuestra costumbre de ver la paja en el ojo ajeno sin reconocer la enorme viga frente a nosotros.