¿A cuántos de quienes lo escuchan podrá convencer Jaime Rodríguez cuando al disculparse por “chapulinear” asegura que lo hace para hacer libres a los mexicanos? Porque no dice de qué nos va a liberar, con tal tenacidad que abandona la “comodidad de ser gobernador”. Al Bronco debe reconocérsele su capacidad para organizarse, como lo demuestra el número de firmas acumuladas a su candidatura independiente, pero también vale el reclamo contra su actitud simuladora, porque nadie cuya intención radique en trabajar para superar condiciones sociales puede estar en comodidad, la responsabilidad de un gobernador es grande con implicaciones graves, para nada una actividad lúdica o de relajamiento físico. De allí que su discurso no se acredite como auténtico, menos aun cuando para convencer acude a poses de creyente laico.