En la columna Templo Mayor, de Reforma, se lee: “ahora que el clan de Elba Esther Gordillo descubrió las maravillas de Andrés Manuel López Obrador, hubo quien recordó cómo hace algunos años eran despreciados por el tabasqueño y los suyos. En 2012, en el aeropuerto capitalino, se cruzó la comitiva de Andrés Manuel López Obrador con René Fujiwara, el nieto de la maestra. El entonces líder juvenil de Nueva Alianza saludó a Ángel Ávila, que encabezaba las juventudes del sol azteca. Al ver aquello, José Ramón López Beltrán, el hijo de ya saben quién, le reclamó a Ávila haber tenido tal deferencia con alguien cercano a la lideresa magisterial. ‘Con esos, ni a la esquina. Ni siquiera hay que saludarlos’. ¿Y qué tal ahora? Hasta de la mano van los López Obrador y los Gordillo”.