Mar de fondo debe haber en los motivos que impulsaron al ex contralor Iván Hernández a denunciar ante la PGR al director general de Auditoría a los Recursos Federales Transferidos “B” de la ASF, José Pilar Tristán Torres, a quien acusa de encubrimiento respecto de los desvíos cometidos por Duarte de Ochoa. En este asunto, López Fernández involucra al titular del Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz, Antonio Portilla, a quien por alguna razón Tristán Torres deslinda de haber participado en el proceso de solventación. Es difícil ocultar el sol con un dedo, pues desde siempre se ha especulado que durante el fidelato y el duartazgo se “sobaba” generosamente a los auditores que revisaban Cuentas Públicas y que el Orfis se mostró más que omiso durante el periodo duartista cuando lo más que encontraba eran “fallas administrativas”. Un caso para la Secretaría de la Función Pública que tendrá que intervenir como órgano autónomo del Sistema Nacional Anticorrupción.