Si no fuera el patriarca de la Iglesia católica se diría que el Papa Francisco le ha dado un fuerte golpe al pesebre de la jerarquía católica al declarar que las misas son gratuitas. Toda la feligresía  católica sabe que, al menos en México, las menciones en misas para recordar a difuntos tienen una cuota, pero el Papa dice: “La misa no se paga, la misa es el sacrificio de Cristo que es gratuito; si quieres dejar una limosna, déjala, pero no se paga, es importante entender esto”. Allí radica una de las diferencias con el ritual político- social, porque sería inimaginable ver en la iglesia una protesta pública de parroquianos portando pancartas alrededor de la iglesia con la leyenda “las misas no se pagan” “las misas…”. Y sin embargo, se pagan.