O bien, cual Rey Midas, tiene capacidad de convertir en oro todo lo que toca o para Arturo Bermúdez el pueblo de Veracruz ha resultado ser un generoso mecenas, a juzgar por las propiedades de valor multimillonario que ahora posee después de seis “productivos” años al frente de la Secretaría de Seguridad Pública durante el infame periodo de Duarte de Ochoa. El problema es que no le salen las cuentas y le es prácticamente imposible justificar la generación casi espontánea de su riqueza ¿de dónde le surgió a Bermúdez la súbita capacidad de compra? ¿Cómo conciliar congruentemente ingresos que le auspiciaron convertirse en un nuevo rico? El problema para Bermúdez es que la Fiscalía le encontró propiedades cuyo costo rebasan con mucho su condición de servidor público, y que el ORFIS descubrió desvíos millonarios en la aplicación del recurso financiero en la SSP. Ni el Gran Houdini podría desatar ese nudo gordiano que amarra a Pacho Viejo a Bermúdez.