El debate entre los candidatos presidenciales de este día si no el definitivo sin duda marcará indicios importantes sobre el derrotero de la elección del 1 de julio. Vale en esta ocasión reinscribir la frase sobre “el día después” porque mañana, cualquiera sea el resultado del debate, se reorientarán las estrategias, unos para confirmar la que vienen practicando, otros para realizar los cambios necesarios. Aunque también cabe la posibilidad de expectativas fallidas porque todo se reduzca a escarceos porque será dificil desbalancear a AMLO, a quien sus asesores recomendará altas dosis de pejecilina para que no se vuele. Lo que pudiera esperarse sí, es un posicionamiento en el Frente por México, ante el duchazo de agua fría lanzado por el gobernador de Michoacán, pues en esa parcela desde ayer tintinean los focos rojos. Mañana será otro día.