De poco le sirve al afligido Secretario de Seguridad Pública derramar lágrimas provocadas por el peso de su grave responsabilidad si esta no se atiende con el debido cuidado, como lo refleja el que los nueve policías de Naolinco detenidos por presuntos nexos con los secuestros en la región fueron acreditados por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a su cargo, es decir, pudiera padecer el mismo síndrome de la administración pasada. Para colmo se cierne un escándalo nacional por la supuesta desaparición de tres jóvenes tlaxcaltecas de cuyo último reporte disponible es que estuvieron en Tierra Blanca, según decir de la Fiscalía del vecino estado de Oaxaca. Aunque pudiera tratarse de tirar la bolita hacia Veracruz, el antecedente de los cinco jóvenes victimados en esa ciudad en 2016 es una herida sin restañar.