Una de las celebraciones más justas y sentida al interior de la sociedad es, debe ser, el dedicado a la madre, pues biológica y socialmente resulta ser la razón del ser humano ¿qué sería de este planeta sin la existencia de la mujer convertida en madre, el ser que mantiene la vida? Además, la función de la madre también consiste en ser sólida columna de la familia, la célula social por antonomasia, y a la vez la prístina referencia del ser humano. Basta con voltear hacia el pasado social más inmediato para evaluar en toda su magnitud el papel de la mujer en el cuerpo social, pues siendo “solamente “ama de casa” se sentía el orden y la disciplina familiar, allí radicaba el arcón de los valores. Cuando la mujer, la madre, por razones económicas y sociales tuvo que desempeñar otros encargos, el núcleo familiar se transformó e impactó, para mal, la disciplina familiar lo cual coincide con la pérdida de los valores y la desintegración familiar. Todo eso y más representa la imagen de la madre,  en México en todos los órdenes sociales sin importar status económico; refiere también que el ser humano conserva reconoce y agradece el valor de una figura que mueve montañas.