Quien haya convivido durante su existencia con las delicias de un rio conocerá de sus características, bondadosas unas, peligrosas otras. Un rio con fuerte corriente provocará remansos y remolinos algunos de los cuales resultan peligros mortales si se cae en ellos. Quien los observa a detalle admitirá que en la vida política y social ocurren fenómenos parecidos: cuando la calma es “chicha” pudiera estar fermentándose a su interior una corriente peligrosa de acciones desestabilizadoras. No es el caso, pero estos días previos a la elección las acciones político-electorales adquieren características de rio manso, pues la actividad en pos del voto, ahora mismo, es intensa