Tan mal andan las cosas en el PRI que cualquier movimiento surgido a su interior resulta buena, hasta que Ulises Ruiz pretenda encabezarlo. Nada bueno para reconstruir un partido pero al menos cimbrará sus estructuras, tras lo cual solo dos consecuencias pudieran resultar: o termina de hundirse o resurge de sus cenizas. Si como asegura el rumos Salinas de Gortari pretende controlar al PRI no manda mensaje positivo pero ¿qué otra fuerza organizada pudiera surgir en un partido que no ha creado liderazgos sociales?