Por lo menos la luna de miel con Peña Nieto ya se amargó debido a la multa del INE a Morena por lo del fideicomiso para damnificados, y que López Obrador califica como vengativa atribuyéndola a un conciliábulo entre el INE y la Secretaría de Hacienda. La manifestación del desacuerdo es no asistir a la Cumbre de la Alianza del Pacífico, como ya estaba anunciado. La otra luna de miel es entre AMLO y Trupm, también en vilo ahora que el virtual presidente electo ha urgido al mandatario estadounidense a reiniciar y concluir las negociaciones del TLC e incluir planes de desarrollo para países de Centroamérica. Como esto no es asunto de simpatías personales obviamente la respuesta no dependerá de que lo pida López Obrador, sino de lo que convenga a los intereses de los EEUU, allí empezará el estira y afloje, que ojala no termine en ruptura por el bien de México.