Pareciera que al interior de la Iglesia, como congregación, se incuban con mayor acento los fenómenos de la homosexualidad y la pederastia, sin embargo la percepción pudiera elevarse debido a la misión a su encargo. Justamente por la dignidad que representa su misión resaltan los hechos y la ocasión de un nuevo evento es destacable; lo sabe el Papa Francisco y tal es su preocupación por erradicar esa patología hasta donde sea posible. El escándalo de estos días lo constituye el caso de la Iglesia católica en Chile en donde se acusa al Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, de encubrir abusos sexuales cometidos en su Congregación. Ezzati niega la acusación, pero ya está preso un sacerdote allegado suyo y existen 37 causas de investigación abiertas, 68 personas investigadas, de las cuales 36 son clérigos (tres obispos, 31 sacerdotes y dos diáconos, esa estadística no habla muy bien del indiciado.