La exposición pictórica de obras cuyos autores son de gran renombre: Tamayo, Siqueiros, Leonora Carrington, Pilar Fernández, William Turner, etc., se antoja magnifica, como la idea de exponerlas a la vista del público xalapeño. Sin embargo, la rodea el síndrome del enigma, porque ocasiona muchas preguntas sin respuesta: el gobierno asegura que eran parte de lo sustraído por Duarte, pero el vecino del reclusorio norte lo niega. Otros afirman que algunas de esas obras pudieran resultar apócrifas, y nadie asegura que ya pertenezcan legalmente al patrimonio veracruzano. Además, ¿quién pudiera darle crédito a la palabra de Javier Duarte? Aunque, como suele ocurrir, el cuento del “¡ahí viene el lobo!”.