Ganas de auto inmolarse o ansias de novillero, son dos de las premisas para desentrañarse  respecto de las acciones del alcalde Hipólito Rodríguez, a quien debemos reconocerle buenos propósitos pero con pésima manipulación, cuya explicación encuentra origen en su aprendizaje de la cosa pública, aunque muy lento a juzgar por lo que se ve. Su más reciente pifia es no haber cabildeado con los ediles de su partido el asunto del regidor Pérez Sánchez y no pudo suspenderlo en la Comisión de Recursos Humanos, a pesar de que le asiste la razón. Ahora, le dice a los empresarios xalapeños que les cobrará cuota adicional por el servicio de recolección de basura, no sin antes advertirles de multas de 8 mil pesos: “Se tienen que cooperar con el tema de recolección de residuos (.75 centavos por kilo). El reglamento establece que todo negocio debe tener botes de basura para sus clientes”. Hipólito recuerda a aquellos monarcas de la edad de piedra dedicados solo a dictar consignas y a cobrar tributos sin ofrecer nada a cambio. Así no, Hipólito.