Tanto va el cántaro al agua hasta que allí queda”, dice el sabio refranero mexicano para ilustrar que la terquedad igual puede atraer beneficios como perjuicios a quien la practica con lúdica fruición. En Nayarit es conocido el caso de Hilario Ramírez Villanueva, el famoso “Layín”, aquel que siendo alcalde reconoció robar poco en las arcas municipales de San Blas porque estás son muy pobres, pero fue nuevamente electo para ese cargo, porque, como dice López Obrador, “el pueblo es sabio”. Tan sabio que no votó por “Layín” cuando se postuló por la vía independiente al gobierno de Nayarit. Ahora está acusado por peculado y por ejercicio indebido de funciones, pero tiene buenos abogados y quizás no pisará la cárcel, si es inocente o no eso en México es otra cosa.