Si atendemos a la recurrencia de las causas que motivan más observaciones advenidas de las auditorías contables y administrativas tendríamos que atribuirlas a la ineficiencia en el manejo y aplicación del recurso público y/o a la corrupción, como lo señala la Auditoría Superior de la Federación: “recursos o rendimientos financieros no ejercidos, devengados o sin ser reintegrados a la TESOFE; falta de documentación justificativa y/o comprobatoria del gasto; pagos a trabajadores no identificados en los centros de trabajo… transferencia de recursos a otras cuentas bancarias; recursos no entregados a los ejecutores e irregularidades y retrasos en la ministración de recursos o de rendimientos financieros a los entes ejecutores; recursos ejercidos en conceptos que no cumplen con los objetivos específicos de cada fondo o programa. Pagos improcedentes o en exceso y bienes adquiridos no localizados o que no operan, o servicios no realizados…”. No hay de otra, y en esas anda la actual administración estatal.