La declaración de Manuel Huerta, Delegado del gobierno federal, haciendo alusión a futuros recortes en oficinas federales no conlleva buenas noticias para decenas de empleados que serían los directamente afectados en la drástica reingeniería administrativa que el anuncio adelanta. A pesar de ser sincera lleva inherente malas nuevas en esta época decembrina, cuando todos festejan y renuevan esperanzas. Muchos dejarán de ser “servidores públicos”, porque, además, su nuevo mote será el de “servidores de la nación”. “Se acabaron los privilegios para los funcionarios de arriba para darle un poco mas a los de abajo y que el pueblo reciba también mas beneficios, no puede haber una élite de funcionarios ricos y un pueblo pobre”, dice Huerta, y en ese tropel de desiciones tal vez pagarán justo por pecadores.