La infraestructura de Hospitales en Veracruz, en teoría, alcanzaría para otorgar servicios de salud satisfactorios, no como quiere el presidente López Obrador al grado del primer mundo, pero pasaría la prueba. Aunque en la realidad la perspectiva es lamentable porque entre las variables para alcanzar aquella meta está la de un eficiente abasto de medicinas, de contar con equipo médico en condiciones de prestar servicios y tener especialistas suficientes al menos en sus Hospitales Regionales. Ninguna de esas condiciones se cumple, ni en el Hospital Regional de Poza Rica, el más grande en la Zona Norte de la entidad, tampoco en el de Coatzacoalcos, acaso medianamente en el Regional de Veracruz y en su extensión en la llamada Torre Pediátrica, en cuanto al Hospital Civil de Xalapa su saturada demanda lo pone al borde del colapso. Quedan el Rafael Lucio y el CECAN donde el desabasto de medicinas y deficiente número de especialistas impide cabal funcionamiento. Todavía más, si las actuales autoridades del sector no abandonan su pose de simulación y se dedican a trabajar como corresponde al reto, difícilmente levantarán al moribundo.