Aunque el empresario de Coatzacoalcos, Sami Hayek, afirme que los inversores no se retiran de esa región, debemos discrepar rotundamente porque es un hecho inobjetable el cierre de negocios establecidos cuyos dueños, amedrentados por la delincuencia y obligados al pago de piso, han decidido emigrar. Es tan incuestionable esa realidad que el Secretario de Desarrollo Económico del gobierno estatal, Ernesto Pérez Astorga, así lo ha reconocido, y no tiene caso cerrar los ojos ante la evidencia. El empresario xalapeño, Carlos Abreu, presidente de la organización Semillero Empresarial, también lo ha reconocido al pedir al gobernador mayor vigilancia; pero queda claro que el clamor en Veracruz es generalizado, lo mismo empresarios que campesinos, obreros, ganaderos etc.