Ahora que AMLO postula la 4T, y basa su discurso en la lucha contra la corrupción, es obvio que ser “honesto y limpio” contribuye a ser considerado por el presidente de la república para ser uno de quienes lo acompañan en el apostolado del cambio. Sin embargo, con todo y ser muy buena escalera, en política, para subir más alto se requiere de algo más, en síntesis, de pericia para el desempeño y manejo de la cosa pública. Cuitláhuac García cuenta con el reconocimiento del presidente de México, eso vale, y mucho; sólo que Veracruz, desde hace ya 14 años está inmerso en una crisis social, política, económica y de inseguridad tan profunda que necesita de eficacia y eficiencia de sus gobernantes, no de santos solo honestos y limpios sino de peritos en la función pública, y aunque Cuitláhuac pudiera contar con esos atributos, buen número de quienes lo acompañan en el gobierno están huérfanos de experiencia en la función pública.