- Representa también un severo riesgo de mortalidad tanto para la madre como para el producto
Aurora del Río Zolezzi
José Luis Couttolenc Soto
05/05/19, Xalapa, Ver.- La violencia contra las mujeres afecta sus derechos sexuales y reproductivos, así como su situación de salud, lo cual complica el cumplimiento del Artículo 4 constitucional que señala que cada persona puede elegir de manera libre e informada el momento en que desea embarazarse, el número de hijos que desea tener, cuándo y con quién.
Así lo señaló Aurora del Río Zolezzi, directora general adjunta de Equidad de Género del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud del gobierno federal, durante su participación en el 2º Congreso de Salud Sexual y Reproductiva organizado por la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual (CUSRS) de la Universidad Veracruzana (UV).
En el evento celebrado el jueves 2 de mayo, la funcionaria federal expuso los impactos que tiene la violencia contra las mujeres, entre los que se encuentran los riesgos de morbilidad severa tanto para la madre como para el producto.
Refirió que, de acuerdo a encuestas realizadas, alrededor del 60 por ciento de las mujeres mexicanas alguna vez en su vida han sufrido violencia, y de éstas alrededor del 25 por ciento reportan haber vivido violencia de pareja. Reconoció que “es una prevalencia relativamente alta comparada con países del primer mundo, aunque hay algunos que tienen niveles de violencia mayor en Centroamérica, África y algunos del Medio Oriente; en México se tienen niveles altos, pero podrían reducirse”.
Del Río Zolezzi precisó que la física no es la única clase de violencia existente, ya que también se registra a nivel obstétrico “y por cierto Veracruz fue el primer estado que legisló al respecto”, dijo y añadió que ésta se refiere a los malos tratos durante la atención del embarazo, parto y puerperio por parte de cualquier persona vinculada al sector salud, sean médicos, enfermeras o personal administrativo.
Expresó que cuando se aborda este término genera mucha incomodidad entre los especialistas, ginecólogos u obstetras, quienes argumentan que se les está poniendo la etiqueta de que todos son violentos, pero no es así, ya que en la atención de la embarazada interviene personal de otras disciplinas.
Dio a conocer que el Centro Nacional de Equidad y Género imparte talleres de formación vivencial para el combate del maltrato en la atención del parto, en los que se abordan los derechos humanos y cómo éstos deben de vincularse en la atención médica, y de manera particular en las mujeres; “entramos al tema de la violencia vivida y/o ejercida por el propio personal, visibilizarla, porque para poder atenderla hay primero que reconocerla, y uno de los grandes problemas en este tema en particular es la negación del fenómeno”.
Al término de su exposición, indicó que uno de los grandes retos que se tienen es la eliminación de la violencia vinculada a los derechos reproductivos de hombres y mujeres.