La manifestación de inconformidad en día de ayer en algunas ciudades de la república es una de las consecuencias de la polarización social que desde el pódium mañanero ha venido alimentando el presidente López Obrador cada mañana en sus mañaneras. Desde el enfoque del presidente pudiera calificarse como un movimiento de “Fifis”, de los “conservadores” (Fox incluido) que sienten afectados sus intereses. Y para el escenario de lucha entre “reaccionarios” contra “liberales”, ayer mismo en su boletín dominical la Iglesia católica pidió al presidente “templanza, prudencia y paciencia” para reconciliar al país, al tiempo que alude a la confrontación de AMLO con el Diario Reforma “solo por el simple hecho de no estar en línea con su pensamiento o por analizar, criticar y cuestionar sus decisiones”. Perfecto si López Obrador fuera todavía candidato, pero ya es el presidente de todos los mexicanos.