- Kenneth Smith, exjefe negociador técnico del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, impartió conferencia en la UV
- Se agregaron capítulos concernientes al comercio digital, las telecomunicaciones, los sistemas anticorrupción, la competitividad y el respaldo a las pequeñas y microempresas
Kenneth Smith fungió como jefe técnico de la negociación del TLCAN
David Sandoval Rodríguez
30/05/19, Xalapa, Ver.- La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos (EEUU) y Canadá permitió a nuestro país incorporar elementos clave del comercio actual, destacó Kenneth Smith Ramos, quien fungió como jefe técnico de la negociación para México, en conferencia impartida en el auditorio de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la Universidad Veracruzana (UV).
El ponente fue invitado por la Dirección General de Relaciones Internacionales (DGRI) y el Programa de Estudios sobre América del Norte (PEAN) para impartir la conferencia “Resultados de la modernización del TLCAN y ratificación del T-MEC”.
Smith Ramos explicó que con la puesta en marcha del tratado, actualmente rebautizado como Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), nuestra nación pasó de “ser una de las economías más cerradas del mundo a una de las más abiertas en un periodo menor de 25 años”.
Para esta negociación trabajaron más de 250 funcionarios del gobierno que dedicaron 18 meses de trabajo y lograron incluir 14 capítulos nuevos al tratado. Ello permitió mejorar las condiciones en cinco rubros generales: el comercio digital, las telecomunicaciones, los sistemas anticorrupción, la competitividad y el respaldo a las pequeñas y microempresas.
“Logramos que lo que México propuso se quedara en el acuerdo, llegamos a un convenio en los temas más difíciles como el sector automotriz y se lograron evitar las restricciones específicas que ponía EEUU para México en las exportaciones del sector textil”, puntualizó.
Fue a partir de la creación de un consejo consultivo estratégico –del que formaron parte el sector privado, el Senado de la República y representantes de la sociedad– que se generaron cuatro pilares fundamentales para agregar al tratado: fortalecer la competitividad, modernizar el tratado, incorporar a las pequeñas y microempresas en el documento e incluir los temas relativos a la protección al ambiente.
“Hubo un esfuerzo para plasmar desde un inicio que el nuevo tratado fuera más incluyente, la negociación fue enorme e incluyó 34 capítulos, resultado de más de 30 mesas de negociación”, detalló el ponente.
Por tal motivo, subrayó que es un momento muy importante en la relación, no únicamente con EEUU, sino con el resto del mundo por la coyuntura económica que se está viviendo y lo que estamos viendo en términos de política exterior de ese país y que afecta directamente a nuestra nación.
Cada día se comercian más de 1.5 mil millones de dólares entre la frontera de México y EEUU y desde la firma del TLCAN el comercio entre ambos países se ha multiplicado seis veces, ya que es nuestro principal socio comercial; por otro lado, el comercio con Canadá se ha multiplicado nueve veces, logrando que México se convierta en su tercer socio comercial en importancia y remarcó que “hay un potencial tremendo de que esta relación crezca”.
Smith Ramos recordó que entre las principales promesas de campaña de Donald Trump estaba la necesidad de cancelar el acuerdo comercial o modificarlo debido al déficit que registra para la economía norteamericana, generado primordialmente en el sector automotriz.
En realidad los tres países se decidieron a negociar a partir de la puesta en marcha del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), señaló el ex funcionario.
“Los tres se sentaron a negociar desde 2013 el TTP con los países asiáticos y lo logramos; México abrió seis mercados nuevos en Asia y la idea en ese entonces era modernizar también el TLCAN, porque tiene 25 años”, dijo.
Muchas disciplinas que son fundamentales al día de hoy no estaban contempladas en el tratado original, como el comercio electrónico y las tecnologías de la información y comunicación (TIC), que no existían o eran incipientes cuando se negoció el TLCAN original.
“Cuando se negoció el TLCAN el comercio digital no existía y los celulares eran del tamaño de una caja de zapatos; es decir, no había la eficiencia en las TIC ni la revolución tecnológica y en materia de telecomunicaciones, todo eso había que incorporarlo en el tratado”, afirmó Smith.