Vaya que son testarudos los reporteros de la prensa cuando se proponen ir al fondo de asuntos públicos de interés ciudadano, aunque no presentaba muchas dificultades lograron esclarecer documentalmente una relación consanguínea entre el gobernador Cuitláhuac García y el subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez. Los documentos dan fe del parentesco entre los padres de ambos, pues comparten el apellido Durán, es decir, son primos hermanos. El sitio La Silla Rota señala: “De tener un lazo sanguíneo, el gobernador faltaría al artículo III, de la Ley de Responsabilidades Administrativas que indica que la contratación de familiares genera un conflicto de intereses”. Sin menoscabo del apartamiento legal, lo políticamente grave es que el gobernador lo negó ante el presidente de México, salvo que en privado le haya explicado el asunto. Este affaire es uno más del dificultoso arranque de un gobierno estatal que no acierta a salir bien librado de la curva de aprendizaje.