El presidente López Obrador no está solo, porque en su empresa de instalar un nuevo régimen lo acompañan amigos y coequiperos que van en el mismo barco desde su partida hacia el puerto de destino; aunque como siempre ocurre hay diferencia de criterios entre ellos. Ya en el caso de Marcelo Ebrard, previendo su protagonismo extremo Porfirio Muñoz Ledo expresó: “no me lo vayan a inflar mucho” aludiendo a un prematuro futurismo. Ahora, el mismo Muñoz Ledo, califica de “gravísima” e “insólita” la aprobación para extender el periodo de gobierno de dos a cinco años en Baja California, por lo cual propone la desaparición de poderes en esa entidad. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas también expresó su desacuerdo respecto de ese grave desatino, que no abona al gobierno federal, aunque quizás pretende embonar con oscuros propósitos futuristas.