Parodiando a la mítica leyenda del Rey Midas, quien todo lo que tocaba lo convertía en oro, la empresa transnacional Odebrecht, ha terminado por convertirse en ponzoñosa, pues en donde aparece surgen casos de corrupción a todos los niveles del sector público en América Latina, lo mismo en Argentina que en Ecuador, igual en Perú que en México. En nuestro país ya se abrió la cloaca con el caso de Lozoya y lo que sigue, pero en Perú esa empresa ha causado estragos en la clase política: en abril se suicidó el ex presidente peruano Alan García, acusado de corrupción con nexos con Odebrecht, está detenido el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, por sobornos de esa empresa, igual el expresidente Ollanta Humala, en libertad restringida, y ahora, en los Estados Unidos fue apresado el ex presidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006) por presuntos nexos de corrupción con la multicitada empresa, muy radiactiva porque todo lo que toca lo echa a perder.