En marzo del año en curso, según el Financial Times, el entonces subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo que el gobierno estaba en pláticas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales para la estructuración de una inyección de capital fresco a Pemex. En abril el FMI redujo la perspectiva de crecimiento de la economía mexicana del 2.1 de enero a 1.6 para ese mes y descartó que la economía mexicana alcance tasas de cuatro por ciento al término del sexenio, en parte lo atribuye al desconcierto entre los inversionistas, pero Urzúa, entonces Secretario de Hacienda, dijo que sí era posible crecer al 4% orientando el gasto público, lo demás “son adivinanzas”. Ahora, el FMI redujo la expectativa de crecimiento a 0.9, y los analistas lo califican de “baño de realidad”, pero el presidente señala que no le tiene “mucha confianza” al FMI. Faltaba más.