Acaso será atribuible al celibato impuesto a los sacerdotes de la fe católica el que incurran con bastante frecuencia en actos contrarios a sus mandamientos religiosos. Caso típico se descubrió en la parroquia de la Asunción, en Misantla, cuyo párroco, Miguel “N”, ha sido suspendido del ejercicio sacerdotal por haber embarazado a una mujer y asumiera el compromiso. Pero, después de casarse en reparación “del daño”, se descubrió que el pillin mantenía relaciones con dos mujeres más, una en lechuguillas, de Vega de Alatorre y otra en Teziutlán, Puebla. Lo cual demuestra una vez más que es de humanos errar y que la verdad siempre sale a flote.