La pregunta no es ociosa, pues se ajusta a la vieja conseja cuya lectura enseña que “en política los vacíos se ocupan”, aplicable en Veracruz donde permea la incógnita acerca de quién o qué organización política o delincuencial ocupa el espacio que Cuitláhuac García, el gobernador, está dejando por omisión. Si eso se cuestiona en el ámbito de lo político, al interior de la sociedad veracruzana también comienza a formularse la inquietante interrogante sobre si acaso los grupos delincuenciales están arrogándose el dominio de la entidad, visto el generalizado clima de violencia que aturde a todo el territorio de esta entidad, sin que haya autoridad alguna, federal o estatal, capaz de evitarlo. Este planteamiento en sí es preocupante, porque la violencia escala sin tope alguno y por el lado de la autoridad, con todo y Guardia Civil, solo se observa confusión e inoperancia.