Los
niveles de violencia en todo México alcanzan promedios preocupantes, tal parece
que los malosos no escuchan las homilías del presidente en las que los invita a
portarse bien “por sus mamacitas”. Pero en la vida real, Veracruz se debate de
Sur a Norte entre índices delincuenciales que rebasan cualquier parámetro de
tolerancia. Coatzacoalcos, que es un polo importante de desarrollo industrial y
comercial del sur veracruzano ahora es ciudad desolada, con mínimo movimiento
comercial y una percepción de inseguridad atosigante. Según Observatorio
Ciudadano, en agosto pasado en promedio “más de una persona al día fue
ejecutada”, los secuestros son comidilla cotidiana, el robo a comercios es
costumbrismo, el robo de vehículos y a transeúntes, forman parte de la
convivencia diaria. Ya no está Winckler, por lo mismo ya la Fiscalía ha dejado
de ser referencia de culpabilidad, ya no hay más responsable que el gobierno.