Poco
a poco, la realidad económica de México va transfigurando el discurso de López
Obrador, ya olvidó el optimista 6% de crecimiento y lo redujo a un moderado 4%,
sin embargo, también esa meta se va desvaneciendo con el golpe de los
acontecimientos y se refleja en el discurso presidencial pues se va
desvaneciendo aquello de “la otra información” como recurso contestatario a los
conocedores del tema. La realidad ha puesto dique al optimismo discursivo, no
hubo crecimiento en 2019, AMLO perdió la apuesta, y por supuesto México
también. La Secretaria de Hacienda (SHCP) presenta una optimista previsión de
crecimiento en el paquete económico 2020, allí plantea una expectativa de
crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2 por ciento, sin embargo, el
grueso de los analistas, Moody’s entre ellos, anticipa una expansión máxima de
1.5 por ciento “y los riesgos de ese crecimiento son a la baja, por lo que
podría haber una menor expansión”. Hay riesgo de que Hacienda se vea obligada a
realizar más recortes al gasto en 2020, o a subejercer recursos para alcanzar
su meta de superávit primario de 0.7 por ciento del PIB. La espada de Damocles
es el riesgo de recesión.