- Cada ser vivo realiza una función única en su entorno, que si no se lleva a cabo puede modificar la estructura del mismo
Luis Gerardo Abarca Arenas
Carlos Hugo Hermida Rosales
08/02/2020, Xalapa, Ver.– Luis Gerardo Abarca Arenas, investigador del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la Universidad Veracruzana (UV), aseveró que la extinción de una sola especie puede causar daños irreparables a un ecosistema, ya que ésta cuenta con una función única dentro de él y si no se realiza puede cambiar su estructura, así como la función de otras especies que allí habitan.
Explicó que aunque los ecosistemas tienen una gran capacidad de resiliencia –absorber perturbaciones sin alterar significativamente sus características de funcionalidad y volver a su estado original–, puede llegar un momento en que ésta no sea suficiente y que el ecosistema ya no logre recuperarse.
Gerardo Abarca dictó la conferencia “El pez grande se come al chico”, el 5 de febrero en el Centro Recreativo Xalapeño, dentro del evento La Biodiversidad Amenazada, que inició el 17 de enero y concluirá el 27 de febrero, organizado por el IIB con apoyo de la Facultad de Biología.
El investigador declaró que es de suma importancia estudiar las redes tróficas –interconexiones de las cadenas alimenticias–, así como el efecto de la ausencia de una especie que la integra.
Mencionó que, aunque en la actualidad muchos de los ecosistemas que nos rodean son distintos a como eran originalmente, el ser humano debe aprender a convivir con este entorno natural actual y a proteger todo aquello que lo compone.
Para ejemplificar lo anterior, dijo que existen árboles como el eucalipto que aunque es nativo de países que forman parte del continente de Oceanía –como Australia y Nueva Guinea–, se adaptó de una forma tan exitosa en México y ahora es parte de muchas áreas verdes urbanas, sirve de morada para muchas especies de insectos, aves, e incluso pequeños mamíferos.
Gerardo Abarca enfatizó que las personas deben tomar conciencia de la importancia de cuidar las especies nativas –tanto animales como vegetales–, ya que son las que mejor se adaptan al ecosistema local y pueden brindar mayores servicios ambientales.
Puntualizó que en programas de reforestación se debe tener mucho cuidado en escoger las especies a sembrar y sugirió a las personas abstenerse de adquirir mascotas exóticas, ya que muchas veces éstas no sobreviven en un ecosistema distinto al suyo, o en un caso opuesto si son liberadas desplazan a las especies locales, lo que ocasiona una afectación a las cadenas tróficas y en consecuencia al entorno natural.