- Engloba la solidaridad y tranquilidad en el corazón, además de un sentido de equilibrio en el cual todos se encuentren en armonía
- Gibránn Becerra explicó que el concepto de cultura de paz no ha tenido impacto en las poblaciones autóctonas en México debido a que se ha buscado extenderlo desde un origen occidental
Carlos Hugo Hermida Rosales
07/12/2020, Xalapa, Ver.– Investigadores y catedráticos de pueblos originarios de México dialogaron el 4 de diciembre sobre la concepción que las culturas mesoamericanas tenían de la paz, dentro del conversatorio virtual “Diálogo de saberes y culturas de paz”, organizado por la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI).
Este evento formó parte del Congreso Virtual “Pensamiento indígena contemporáneo y su relación con el pensamiento gandhiano” de la Cátedra “Mahatma Gandhi”, de la que es miembro la Universidad Veracruzana (UV).
Se contó con la participación de Angélica Hernández Vásquez, licenciada en Gestión Intercultural para el Desarrollo; Gibránn Becerra Álvarez, académico de la Facultad de Antropología; Daisy Bernal Lorenzo, Antonino Santiago Isidro y Angélica Castañeda Montes, catedráticos de la UVI.
Las moderadoras fueron Norma Angélica Cuevas Velasco, titular del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias, y Lourdes Budar Jiménez, directora de la UVI. Participaron como comentaristas Valentina Ripa, de la Universidad de Salermo, y Francesco Pistolato, del Centro Gandhi de Pisa.
Angélica Hernández mencionó que desde la cultura y cosmovisión nahua el término de paz no existe como tal, sino un sentipensar colectivo de bienestar común, de un sentido de equilibrio en el cual todos se encuentren en armonía, gocen de salud y cuiden su territorio.
“Aquí la paz engloba la solidaridad y tranquilidad en el corazón”, puntualizó, por lo cual no se puede hablar de un sentido individual, sino de bienestar común y colectivo.
Angélica Castañeda explicó que en la cosmovisión totonaca la cultura de paz es tomada como referente del pensar y el vivir bien, y comentó que abarca la tranquilidad con el colectivo, el no tener conflictos con la forma de hacer, actuar y convivir de los demás.
“Para los totonacas es fundamental estar bien consigo mismos y con la naturaleza”, enunció.
Daisy Bernal declaró que el concepto de paz tiene procedencia occidental, y que en los pueblos originarios de México no existe esta palabra como tal, ya que va con lo que se piensa, siente y hace.
“Cada persona concebía cómo vivía y trabajaba en lo individual y colectivo”, afirmó.
Compartió que para las poblaciones zapotecas los conceptos que englobaba la paz se rompían debido a que un ente representante del mal que habitaba en el bosque perdía a las personas y las desviaba de su camino en la vida.
Antonino Santiago mencionó que en la cosmovisión totonaca tampoco existe un concepto similar al de la cultura occidental, y que ellos se guiaban con una filosofía de vida que dictaba que se tenía que estar bien con el territorio, las deidades y los elementos espirituales que les hacían formar parte del pueblo.
Comentó que las culturas del diálogo y de paz no sólo deben darse entre los seres humanos, sino también con los elementos del entorno.
“Cuando no existe ese diálogo y los elementos sagrados de la cultura se perturban, no hay paz”, aseguró.
Gibránn Becerra explicó que el concepto de cultura de paz no ha tenido impacto en las poblaciones autóctonas en México debido a que se ha buscado extenderlo desde un origen occidental, cuando en las culturas indígenas las personas no se conciben como individuo sino como parte de un colectivo.
Enunció que es fundamental ofrecer mejores alternativas que ayuden a construir en conjunto una cultura de paz incluyente, que beneficie a todos los sectores de la población.