Parece que vivimos en una eterna campaña electoral en la que solo importan los votos y no resolver los grandes problemas del país. Caemos, una y otra vez, en la tentación del cortoplacismo.
Lea el artículo en el New York Times
Parece que vivimos en una eterna campaña electoral en la que solo importan los votos y no resolver los grandes problemas del país. Caemos, una y otra vez, en la tentación del cortoplacismo.
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