La vicepresidenta de Estados Unidos no quiere hablar de ropa. Tampoco la primera dama, Jill Biden. Se puede entender por qué. Pero mucha gente sigue queriendo saber qué llevan puesto.
Lea el artículo en el New York Times
La vicepresidenta de Estados Unidos no quiere hablar de ropa. Tampoco la primera dama, Jill Biden. Se puede entender por qué. Pero mucha gente sigue queriendo saber qué llevan puesto.
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