Durante el largo tránsito de la elección hasta la toma de posesión del nuevo gobierno han sucedido acontecimientos que expresan el resultado de azarosos doce años en Veracruz, y paulatinamente empezaremos a tomar conciencia de lo que hubiera sucedido sin cambio de partido en el gobierno del estado. Porque a pesar del propósito del candidato priista por revelar y combatir la corrupción en el gobierno duartista, es posible que desde México le hubieran impedido actuar libremente; entonces, tal vez las cosas seguirían igual, no hubiera caído Duarte de Ochoa antes de terminar su mandato, y quizá nunca nos hubiéramos enterado de las dimensiones del gran robo a Veracruz, pues así sucedió hace seis años cuando ganó Duarte de Ochoa solo para cubrir la rapiña de Fidel Herrera Beltrán. Ya tenemos nuevo gobierno, y desde antes de que tomara posesión Yunes Linares empezamos a conocer lo que todo el mundo hablaba acerca de la corrupción, pero solo eran rumores. Miles de millones de pesos nunca llegaron a su destino porque el equipo de Duarte de Ochoa los desvió; ¿Cuántos hospitales dejaron de construirse, cuántos niños con Cáncer pudieron salvarse, cuantas carreteras nuevas tendríamos al momento sin la corrupción duartista? He allí el cambio.