A doce días de iniciado su mandato, Miguel Ángel Yunes Linares rindió un informe en el que comunica parte de los males que padece la administración pública veracruzana, tan graves que ha declarado una emergencia financiera de alto impacto, y no es para menos ante una deuda estratosférica que asciende a 56 mil millones de pesos, de los que nadie explica qué destino tomaron. La nómina magisterial creció 45 por ciento, desproporcionada al número de niños en escuelas. Cualquiera pensaría que ya se supo, lamentablemente el pozo es tan profundo que los órganos de control y de fiscalización forman parte de un contubernio de complicidades inimaginables.