Es un hecho irrebatible que el ejercicio del poder desgasta, más aún cuando se está en el mando por décadas, como lo ha hecho el Partido Revolucionario Institucional. En esa lógica es notable que este partido sea al que más defectos se le encuentra, sobre todo en materia de corrupción, primero por los años en el poder, segundo porque ha habido muchos priistas en puestos de mando y aun ahora cuando existen mecanismos de control, de fiscalización, de rendición de cuentas se resisten a cumplir con lo obligatorio, como lo es, por ejemplo, hacer públicas las declaraciones patrimoniales en la plataforma #3 de 3 diseñada por el Instituto Mexicano para la Competitividad. Pero no todos son del PRI, también los hay del PAN y del PRD; lo que implica que no es un síntoma partidista y sus causas deben buscarse en otro ámbito de la geografía social- político-administrativa de México.