Una de las razones por las que no se viraliza el enojo social contra la draconiana medida del gobierno de aumentar el precio de las gasolinas es que la televisión no participa activamente en el fomento de la irritación colectiva, como sí lo hizo recientemente en el caso de los quince años más publicitados de México. Las redes sociales han acabado al gobierno pero no alcanzan a estremecer el entorno como para dar marcha atrás. Algunos gobernadores han señalado la inconformidad que existe, la Conago recibe al secretario Meade el miércoles pero cuando este les explique que en el aumento ellos son gananciosos tal vez arríen banderas. Este golpe a la economía familiar configura un daño a la armonía social y añade un motivo más para la protesta.