Ambos perdieron sus respectivos celulares, pero quién les manda a los diputados Daniela Griego Cevallos y Sebastián Reyes Arellano ser tan descuidados en un entorno cuajado de políticos y público que acude al Congreso a ventilar asuntos con los diputados. Lo curioso es que nadie sabe nada, ni el costoso cuerpo de vigilancia que se supone cuenta con equipos de videograbación en que apoyarse y en un santiamén pudieran aclarar ese robo. Aunque lo cierto es que ese recinto es visitado por mucha gente, empezando por 50 diputados, más de 6oo empleados, un buen número de “vigilantes”, otro tanto de orejas y público en general que busca gestionar algún asunto o simplemente es adicto al teatro.