Va de nuevo dicen en la rayuela, este día Renato Alarcón toma la dirigencia del PRI en Veracruz, un reto de grandes proporciones si se toman en cuenta las criticas circunstancias del priismo veracruzano después de perder la gubernatura y convertirse por primera vez en muchas décadas en un partido de oposición. Ya no maracas, ya no las tradicionales porras, tal vez el desinflado y tímido “si se puede”, temeroso acaso de no cumplirse por cómo están las cosas en Veracruz y en México. Renato es buena opción, pues no obedece a grupos tradicionales y ojala no se convierta en rehén de alguno de ellos, y si así sucede sea por el menos peor. Renato Alarcón conoce las circunstancias estatales y sabrá discernir entre quiénes han perjudicado al PRI en Veracruz y quiénes pudieran ser la mejor opción.